En la Vida de la que yo escribo se camina por Amor, por Fe y
Esperanza. La vida es algo que no se puede explicar hasta que no vives en ella.
La Vida la otorga Dios a quién Él quiere, como Él quiere y en el momento que Él
quiere.
La Vida que te digo no es un frenesí, es algo lleno de paz y
confianza. No es una ilusión, es una realidad impresionante, no es una sombra
ni una ficción, sino la luz y la pasión, la Vida en relación con Jesús el
Salvador, el que llega a las personas y las llena, con su presencia y su
ternura, hasta que se coge la temperatura de vivir en plenitud, de alcanzar la
rectitud, y santidad del corazón, que viene por la razón de llenar el corazón
con el poder de su amor.
El Camino de la Vida es también el final de ella. La Senda
de la Verdad, es aceptar su Autoridad, rodeado de su Majestad, para alcanzar la
Potestad, de Aquel que nos recibió en las moradas eternas. La forma de entrar
en la Vida es seguir al Creador de ella, es saber que la Vida es bella, y
disfrutar toda ella por siempre en la eternidad.
Si quieres saber el Camino, tendrás que caminar conmigo. En
este blog, querido amigo, leerás cual fiel testigo, de su poder adquirido en la
cruz del fiel Amigo. Sabrás lo que te conviene, y veras que la vida viene, en
un horizonte que tiene, un porvenir que conviene.
Esto no es prosa ni poesía, solo un sentir de alegría, en el
que el que escribe confía, y que tiene la osadía de cantar la melodía: ¡De
mañana al mediodía, alabanza al que confía, en su presencia bendecía a todo el
que hacía, la voluntad del que traducía, la verdad en realidad.
Y ya para terminar, te daré un buen consejo, que la Vida es
un espejo en el que te puedes mirar. El espejo es el Camino, la Vida y la
Verdad, en el que tendrás eternidad, para poder ocupar la morada de verdad. Que
tengas una bendecida Vida, Oh alma querida, leyendo: El Camino de la Vida.
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