No podemos perder el tiempo
mirándonos el ombligo. Podría hablarte sobre cómo arreglar todos tus problemas,
pero a veces la mejor defensa es un buen ataque.
1.
TENEMOS UNA MISIÓN (VV. 1-4)
Tenemos demasiado que hacer para
hablar sobre nosotros, hay que hablar sobre la Palabra de Dios. Hay mucho que
aprender, mucho que vivir, mucho que soñar, mucho que disfrutar, mucho que
sufrir en defensa de otros,… El tiempo es corto y la tarea grande. En el Libro de Isaías, capítulo 61 se nos da algunas claves. Tenemos:
1. Una Misión, que no puede esperar.
2. Unos Recursos que aprovechar.
3. Un Señor o un general que nos guiará en todo lo que hagamos.
4. Un Gozo del que debemos disfrutar.
Todo nace del Espíritu que habita
en nosotros y nos inclina a hacer la voluntad de Dios. El profeta Isaías dice claramente nuestra tarea. Para empezar debemos predicar a los
pobres y a los quebrajados de corazón.
Hay muchos de estos en nuestro
país. En España y en la Comunidad Valenciana (y en todo el mundo) hay mucho
odio, porque hay muchas personas con el corazón roto. Esto se arregla regalando
amor a cambio de nada. Hay que amar a nuestros semejantes sin esperar nada a
cambio, salvo una crítica o una actitud desagradecida, pero eso nos da un
premio mayor en el cielo. Los padecimientos en la obra del Señor, es algo de lo
que no debemos sentirnos tristes sino contentos.
El apóstol Pablo decía a los
filipenses que es buena cosa sufrir padecimientos por el evangelio como él los
sufría por estar en la cárcel. Cuando suframos por algo del evangelio, será
bueno para nosotros.
Los primeros cristianos tenían
por sumo gozo padecer por el Señor. Si padecías por el Señor es que Dios te
había elegido como hijo especial suyo para sufrir por Él y eso es un
privilegio. El premio en el cielo es realmente grande por esto. Hay que
alegrarse.
También dice en Isaías 61 que hay
que predicar la buena voluntad del Señor. Dios es bueno y tiene grandes planes
y grandes propósitos. Algunos lo hemos visto en nuestra vida a lo largo de los
años. El Señor nos ha hecho tanto bien en nuestras vidas, ha bendecido tanto
nuestros corazones, ha curado tan bien nuestras heridas y perdonado nuestros
pecados, que no nos podemos callar.
Si Dios no ha hecho muchas cosas
por ti puede ser porque no se lo has pedido o no te has entregado totalmente a
Él.
Dios quiere lo mejor para tu
vida. Si sufres en tu interior es porque quieres, porque el Señor tiene buenas
noticias. A veces pregunto a los que viven una experiencia especial con el
Señor qué les parece la vida en Cristo, y todos los que tienen siempre a Jesús
en su corazón me dicen lo mismo: ¡No te lo puedes ni imaginar, hay que vivirlo,
es maravilloso!. No se puede comparar a nada en el mundo.
Así se
entiende mejor cómo dice Isaías que el cumplimiento de esta misión se convierte
en alegría y alabanza en lugar de luto y desaliento. Por eso no te desanimes
cuando estés en una prueba. Dice Isaías 40:31: "Mas los que esperan á Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán las
alas como águilas, correrán, y no se cansarán, caminarán, y no se fatigarán.".
Nunca faltan las fuerzas al que está con el Señor.
2.
TENEMOS UNOS RECURSOS (VV. 5-7)
Dice básicamente en los
versículos 5 al 7 que los extranjeros y sus hijos trabajarán para nosotros, que
seremos sacerdotes y servidores de Dios y que no nos faltará provisión.
Estas 3 cosas son ciertas entre
nosotros. No voy a entrar en muchos detalles, pero el extranjero, en este caso,
no debe tomarse en sentido literal, sino espiritual, es decir, es el que no
pertenece al Reino de Dios. Ellos están haciendo que a nosotros nos vaya bien,
aunque no lo pretendan.
Nosotros somos sacerdotes y
servidores de Dios, es decir, nos dedicamos a predicar el evangelio, a cumplir
la misión para la que Dios nos ha llamado.
También sabemos que no nos
faltará lo básico. Es posible que no tengamos para caprichos, que nos tengamos
que ajustar el cinturón, pero Dios tendrá siempre misericordia de nosotros y Él
estará con nosotros, en nuestro corazón eternamente
3.
TENEMOS UN SEÑOR (VV. 8-9)
En la iglesia manda el Señor. Si
todos estamos cerca del Señor, haremos las cosas por unanimidad. Si uno busca
en la iglesia o en cualquier asociación sus conveniencias, no tardarán en
llegar los roces y las rivalidades, fruto de los deseos carnales.
Dios debe marcar cada una de
nuestras decisiones en la vida. ¿Quién te marca las decisiones en ti vida? ¿Quién
marca tus decisiones económicas? ¿Y las sentimentales? ¿Y las sociales y
políticas? ¿Tú mismo? Si eres tú el que toma las decisiones económicas entonces
te irá mal.
Con tu dinero debes hacer lo que
Dios te diga, sea mucho o sea poco. ¿Estás robando a Dios en las ofrendas?
Empieza a ofrendar a Dios con alegría aunque tengas poco, para mostrar tu
fidelidad a Dios en la vida diaria.
Puedes creer esto. Dios nos
sostendrá. Dios se encargará de tus hijos cuando tú no estés. Dios guardará tus
pasos de día y tu descanso de noche. Todos verán las bendiciones de Dios en tu
vida y alabarán al Señor por cómo Él ha estado contigo.
4.
TENEMOS EL GOZO DEL SEÑOR (VV. 10-11)
Dice Isaías 61:10a: "En gran manera me gozaré en Jehovah; mi alma
se alegrará en mi Dios. Porque él me ha vestido con vestiduras de salvación y
me ha cubierto con manto de justicia". El gozo, la alegría, la
salvación y la justicia serán nuestra marca de identidad. Seremos conocidos por
las bendiciones de Dios. Las cosas buenas son las que nos caracterizan.
Dice Nehemías 8:10 que el gozo
del Señor es vuestra fortaleza. Cuando estás triste o desanimado eres vapuleado
por Satanás. Cuando tienes alegría tienes fuerza, tienes iniciativa, no te
lamentas por lo que no tienes, sino que disfrutas lo que tienes. La fidelidad
del Señor nos acompañará siempre. La bondad del Señor estará siempre con
nosotros.
Así que tú eliges si quieres
pasarte la vida lamentándote o disfrutar de las bendiciones de Dios. Tenemos:
1.
Una
misión, que no puede esperar.
2.
Unos
recursos que aprovechar.
3.
Un
Señor o un general que nos guiará en todo lo que hagamos.
4.
Un
gozo del que debemos disfrutar.
La vida cristiana está llena de
bendiciones y promesas. De ti depende si quieres disfrutarla a tope o quejarte
de los demás. Yo ya he elegido ¿Y tú?
Oración: Señor ayúdanos a vivir
en plenitud la vida cristiana, dispuestos a estar cerca de ti y obedecerte en
todas las cosas porque te necesitamos y queremos más de ti. En el nombre de
Jesús. Amén.
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