
Dice Juan
161-4: "Estas cosas os he dicho para
que no tengáis tropiezo. Os expulsarán de las sinagogas; pero viene la hora
cuando cualquiera que os mate pensará que
así rinde un servicio a Dios. Y
harán estas cosas porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Pero os he dicho
estas cosas para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os había
hablado de ellas. Y no os dije estas cosas al principio, porque yo estaba con
vosotros."
Hay gente que
hace muy mal y, puede que sin querer, le hace el trabajo fácil al enemigo.
Hemos leído que harán mucho mal a los hijos de Dios, y pensarán que que así le
hacen un servicio a Dios.
Pero no os voy
a hablar de ellos. Os voy a hablar de los que veis que esto ocurre y no hacéis
nada.
Dice Santiago
4:17: "Aquel que sabe hacer el bien
y no lo hace, le es pecado".
Hay gente que
ve como alguien está haciendo mal delante de sus ojos y no hace nada ¿Por qué?
A raíz de el
acuerdo que obtuvo Carlos IV con Napoleón para dejar España en sus manos a
cambio de tener rentas suficientes para toda la vida, se acuñó ese dicho de
"Ande yo caliente, ríase la gente". Napoleón puso de Rey de España a
su hermano, José Bonaparte, también llamado Pepe Botella.
Así no le
importó mucho que España fuera francesa, lo que le importaba era él mismo.
Mucha gente piensa que si una cosa a él no le afecta directamente no debe
entremeterse.
Pero cuando uno
hace daño a otro y tú lo ves, no te das cuenta de que tú serás el siguiente.
Corre un dicho
por ahí que dice: "fueron a por los judíos, pero como yo no era judío no
fui a defenderles. Fueron a por los gitanos, pero como yo no era gitano no fui
a defenderles. Fueron a por los pobres, pero como yo no era pobre, no fui a
defenderles. Después fueron a por mí, pero cuando quise pedir ayuda no había
nadie para defenderme.
Que una cosa no
te afecte directamente no quiere decir que ni te veas perjudicado. Si
perteneces a una comunidad y esa comunidad se debilita, tú te debilitas.
Hay gente que
ve cómo otros están haciendo un gran daño pero no hacen nada por que son sus
amigos. Por una supuesta amistad, permiten que sus amigos hagan todo el daño
que quieran, y así se están convirtiendo en cómplices.
Un cómplice tiene exactamente la misma
culpa que el que comete un crimen. En justicia se considera tan culpable al que
comete un crimen como al cómplice necesario.
Dios tiene en
cuenta estas cosas. Si se comete un crimen y miras para otro lado por que es tu
amigo, te haces tan culpable como él. Esto significa el tu castigo será igual
que el suyo, aunque piensas que tú no tienes nada que ver.
No tienes que
hacer daño a tu amigo. Tienes que decirle que eso que hace no está bien. Eso es
lo único que te disculpa del castigo. Aunque sea tu amigo, si le permites hacer
lo que quiera, después hará lo que quiera contigo. Es cuestión de tiempo. No
hay pecado que no haya de tener consecuencias. Siempre hay consecuencias. Es
imposible librarse. Dios tiene todo apuntado. Si no aclaras tu posición eres
igual de responsable que el malhechor. Al menos tienes que decirlo. Si te
callas por que es tu amigo eres culpable igualmente y el castigo es el mismo.
Hay gente que
da miedo, es verdad. Da apariencia de poder, te intimida, te agrede sólo con la
cara que pone, o con sus palabras.
Pero tampoco va
a servir de excusa. La fiera te comerá a ti también tarde o temprano.
De todas formas
te digo que el miedo no siempre está fundado en hechos. A veces es solo una
apariencia y debajo no hay nada, ni razón, ni valor. Pon a prueba a alguien y
en seguida te darás cuenta que no es tan fiero como lo pintan y sobre todo:
"Perro ladrador, poco mordedor".
Ninguna de
estas tres causas justifican el hecho de no hacer nada cuando veas el mal
delante de sus ojos. No te digo que vayas a hacer daño a alguien. La justicia
no tienes que impartir tú. Te digo que si no lo denuncias eres igual que
culpable y el castigo es igual para ti que para él.
El verdadero
amigo no es el que permite hacer
cualquier cosa, sino el que sabe decirle lo correcto aunque no le guste. El
buen padre no es el que le da a sus hijos todo lo que quieren, por que los
malcriaría, el buen político no es que declara fiesta todos los días del año.
El buen pastor no es el que se calla cuando estás haciendo algo mal, sino el
que te atiza con la Palabra para salvarte del precipicio. ¿Te duele si te doy
fuerte? Pues haz caso. No minimices el pecado tuyo ni el del otro. Por que los
dos seréis culpables.
En el texto que
hemos leído al principio se dice como habrá gente que echará a otros de la
comunidad de creyentes, que es la sinagoga, y final también te echará a ti,
porque al final se van todos y no queda nadie.
Yo te digo, que
si no haces nada, Dios te castigará igual que a ellos. Como mínimo tienes que
decir que a ti no te parece bien. No tienes que castigar a nadie. Sólo castiga
Dios. Pero tienes que manifestar que no están haciendo bien, para no ser
cómplice. Intentarán comprar tu silencio haciéndote un favor o de cualquier
otra forma. Pero no debes dejarte engañar. Dios te pedirá cuentas. Tu familia
está en juego.
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