Hoy en día se hace apología de la victoria por las películas que nos llegan de Hollywood. Pero, ¿Cuál es la verdadera victoria? ¿Tuvo Jesús una victoria en la cruz? Dice Juan 16:33: "Estas
cosas os he hablado para que en mí tengáis
paz. En el mundo tendréis aflicción;
pero confiad, yo he vencido al mundo" La verdadera victoria es cumplir el plan de Dios. ¿Como se consigue esto?
1. POR LA SUMISIÓN
Lo primero para obtener una victoria es estar sometido a Dios. Significa amar a Dios sobre todas las cosas. Con la sumisión se desata el poder de Dios. Dios se manifiesta si estamos unidos a Él. Dice Juan 15:5: "Yo soy la vid, vosotros las ramas de la vid.
El que permanece en mí y yo en él
este lleva mucho fruto, porque separados de mí
nada podéis hacer".
El fruto es amor, alegría y justicia en el Espíritu. Unido al Señor es que tendrás estas cosas. Para permanecer
en Él tenemos que estar sometidos a Él en Espíritu y Verdad. Se trata de someterse al Señor no de forma ritual, sino de corazón.
2. POR LA ADORACIÓN
Ser un verdadero adorador es tomar la adoración como una prioridad, es adorar a Dios por encima de todas las cosas, es rendirse a Él a pesar de cualquier cosa. La adoración es el segundo paso para la victoria en la vida.
3. POR LA FE
Hay que tener en cuenta, que
la victoria final se dará cuando estemos en los cielos.
Cuando llegue el final de los tiempos los justos irán al cielo, y los malvados irán
al lago de fuego y azufre. Así que no esperes una victoria
en este mundo, sino una victoria en la eternidad. Dijo Jesús en Juan 18:36: "Mi
reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores
pelearían para que yo no fuera
entregado a los judíos; pero mi
reino no es de aquí".
Así que tienes que saber que nuestra victoria
es la victoria final en los cielos, no en la tierra. Recuerda que Jesús no fue coronado rey por Israel, sino crucificado. Luego
resucitó para los discípulos, y hasta 500 personas lo vieron resucitado, pero no
todos. Puede parecer que pierdes un
batalla en este mundo, pero es que la victoria final no nos espera en este mundo, sino en los cielos eternamente. Somos salvos por fe, y somos
victoriosos por fe, porque nuestra victoria final está en la vida eterna.
Supuestamente Jesús perdió una batalla muriendo en una
cruz, pero ganó la guerra espiritual porque
muchos hemos llegado a conocerle porque no se aferró a sus privilegios, sino que murió en la cruz.
Voy a decirte una cosa y aquí viene el centro de lo que estoy diciendo: no temas sacrificar tu vida, tus estudios,
tu trabajo, tu casa, tu dinero, tu profesión
y tu familia por la obra de Dios, porque si miras por estas cosas no podrás
ver la voluntad de Dios. ¿Acaso no dice Mateo 10:37-39:
"El que ama a padre o madre más
que a mí, no es digno de mí;
el que ama a hijo o hija más que a mí,
no es digno de mí; 38 y el que
no toma su cruz y sigue en pos de mí,
no es digno de mí. 39 El que halla su vida, la perderá;
y el que pierde su vida por causa de mí,
la hallará"? Por eso te digo que el que pierda gana, y el que
gana, pierde.
CONCLUSIÓN
Yo quiero que tengas esta vida
entregada que tuvo Jesús, esta vida que tuvieron los
discípulos. Es la Vida eterna, es
la vida en el Espíritu, es el camino correcto,
es lo mejor que te puede pasar.
No intentes ganar, ni
vengarte. Deja que los incrédulos se preocupen por estas
cosas, pero tú no te preocupes por ellas.
Preocúpate de lo verdaderamente
importante que es hacer la voluntad de Dios. Los incrédulos se preocupan por su mantenimiento, por su dinero, por
sus costumbres,... Pero los hijos de Dios nos preocupa os por seguirle a Él, por seguir su voluntad, por adorarle de corazón. No lo dudes, y decídete a seguir el Camino de la
Salvación.
LAMPARA ES A MIS PIES TU PALABRA Y LUMBRERA A MI CAMINO MI SEÑOR Y SALVADOR
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